La cordillera de los Andes tiene en su trayecto varios túneles, que fueron en su momento realizados en el corazón de la dura roca. Siempre al ingresar a uno de ellos, se da la sensación de intriga de saber que uno está adentro de la misma cordillera, y al ir percibiendo la luz, la intensa sensación de inmensidad absoluta.
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