La ruta en general está en muy buen estado, es segura en estos tramos, excepto por la presencia de gran cantidad de cabras entre Chepes y Patquía. El pueblo de Patquía es muy limpio y tranquilo, cuando uno lo atraviesa.
La experiencia de este recorrido, consiste en vivenciar un ecosistema desértico, con todo lo que ello significa, por lo que hay que aprovisionarse de agua antes de emprender el mismo, los lugares de abastecimiento no abundan, por más que no son muchos km, es un detalle a tener en cuenta, y que resulta vital en este circuito cuyano, donde el terracota y el verde son los colores predominantes por antonomasia.

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